Hola a todas:
En una actualidad política bastante alborotada y luego
de haber pospuesto varias veces su lectura nos reunimos en casa de Julieta a
conversar sobre Cisnes Salvajes (CS), un libro propuesto por Lolita H. que a
todas nos encantó y del cual aprendimos muchísimo.
Aunque nos reunimos antes con la intención de hablar
nosotras un poco del libro antes de que llegara el invitado realmente fue imposible,
en nuestro país están pasando tantas cosas que nos inquietan y que no sabemos cómo
se van a solucionar.
Al final de este resumen les copio un análisis que encontré
en internet que me pareció bien completo.
Tuvimos
como invitado a Aníbal Romero (académico y analista político venezolano de
amplia trayectoria). Desde que llego se mostró cálido, accesible y de grata
conversación con experiencia docente lo que le da claridad y organización de
ideas. Muy amablemente se leyó el libro que le hicimos llegar y comenzó de una
vez comentando que CS es un libro que narra una historia personal y familiar en
un contexto histórico durante los siglos XIX y XX.
Aclaro que
CS no es una novela histórica, es una memoria
a lo largo de 3 generaciones. Comento que la Revolución China o Cultural fue
algo muy novedoso en China que cambio su cultura milenaria.
Por
solicitud de AR durante la reunión tratamos de mantener el foco en el libro sin desviarnos a la situación en Venezuela, ya
que eso sería conducirnos a una interminable discusión así que tratamos de no desviarnos
(no siempre lo logramos), ya que hay muchas analogías con nuestra realidad
actual, pero aquello era en serio, era realmente ideológico. Fue un
totalitarismo moderno lo que paso en China.
Este libro
retrata la cultura China donde el individuo no es importante lo que importa es
el colectivo (esto se siente todavía actualmente en China). En Occidente somos
más individualistas que colectivos. El carácter
de una civilización construida sobre el trabajo colectivo suavizo los ímpetus
individuales.
Nos habló
sobre el Marco histórico en que se desarrolla el libro. Del trabajo en China, su
importancia, todo gira en torno al trabajo
hasta los castigos y las sanciones. De la familia. La Mujer. El individuo. Lo
espiritual. Lo religioso enfocado en los rituales. El aislamiento de China. El
radicalismo maoísta y del Mesianismo y el carisma. Son siglos de historia y de
cultura. La historia de China es una historia muy larga que no puede ser
segmentada.
Nos leyó
unos pasajes de Enrica Colotti
(historiadora italiana, marxista) sobre la revolución que sirven para
entender un poco sobre China. En algunos
de ellos se explica cómo los chinos sienten que los que no eran chinos eran
bárbaros, su Muralla China era para defender a China de los bárbaros, no sólo
era una estructura militar también era una estructura cultural. Hay que evaluar
por qué China se queda atrasada en relación a sus vecinos. China posee una
cultura sumamente conservadora.
El fenómeno
de la revolución maoísta es un fenómeno moderno. El cristianismo reivindica el
individuo. El maoísmo reivindica la comunidad. La historia China está basada en
el consenso, cuando se rompía el consenso venían grandes desequilibrios que no traían
la paz hasta que lograba el consenso otra vez. El emperador era Dios, era
inaccesible.
Reflexionamos
sobre que “el comunismo es una ideología que pide a cada quien según sus
capacidades y se le da a cada quien según sus necesidades”.
AR también
nos habló sobre la historia moderna de China, nos leyó frases de Mao y sus teorías
estratégicas de guerra. Mao desarrollo una estrategia militar en condiciones
desiguales, era una revolución campesina. Su estrategia está definida así: Si
el enemigo avanza….nos retiramos. Si el enemigo acampa….lo acosamos. Si el
enemigo se cansa….lo atacamos. Si el enemigo se retira….lo perseguimos.
AR nos recomendó
meternos en una pág. en internet que se llama “The world factbook” allí conseguimos
datos e historia de todos los países del mundo.
Antes de
finalizar Julieta leyó una visión de AR de China en su visita hace 8 años: Le pareció
un país de hondos contrastes entre la civilización de las ciudades y de los campos.
Es la expansión del capitalismo salvaje en un orden político autoritario.
Su
definición de la economía China es que “es un problema de división y
multiplicación “. No importa cuánto se
produzca, cuando se divide entre 1500 millones de habitantes se convierte en
poco. Igualmente un problema por muy pequeño que sea si se multiplica por 1500
millones de habitantes se convierte en un gran problema.
No podíamos
dejar de conversar con él sobre la actualidad política, qué realmente está
pasando en Venezuela? y hacia dónde
vamos?. Tenemos muchas inquietudes que requieren de una reunión exclusiva para
drenarlas por lo que quedamos en contactar a alguien que nos dé una charla. Aníbal
se despidió de todas luego de la tradicional foto, nos dejó su mail anibalromero@hotmail.com para que lo contactáramos y nos invitó a que
en el futuro nos leyéramos uno de sus libros y lo volviéramos a invitar.
CS es un
libro muy completo que da mucho para discutir y aunque la invitación de AR fue
maravillosa siento que nos faltó intercambiar ideas sobre muchas cosas
inquietantes e interesantes que suceden en el libro, es un libro donde la mujer
es protagonista y pasa por muchas situaciones que estoy segura nos marcaron. Yo
particularmente subraye muchas cosas que me hubiera gustado que intercambiáramos
nuestras opiniones.
Por el chat mandaron su
puntuación:
Diana: 9
Lolita H.: 9
Julieta: 9
Noemi: 9
Diana: Le gustó mucho, se le
hizo largo, cree que hay descripciones (sobre todo de paisajes y otros detalles
irrelevantes) que ha podido quitar.
Lolita H. ídem.
Julieta: Me sorprendió mucho
lo que aprendí. Todos los capítulos me aportaron una visión clara de lo que ahí
sucedía. El libro capto mi interés desde el principio y me atrapo hasta la pág.
400, luego ya me aburrió un poco. Debo agregar que la autora no hace uso de
recursos y la narrativa es bastante plana, sin embargo, la historia es tan
fascinante que no necesita de nada más.
Noemi: Le encanto, al igual
que Julieta al final ya se le hizo largo. El posfacio le fascino su explicación
y reflexión sobre todo lo que vivió y como se pudo adaptar a una nueva vida en
Inglaterra aprovechando toda su experiencia de vida y no quedándose callada
ante lo que sucedió.
Para esta reunión
no asistieron Gloria (por el matrimonio de su hija Andrea en Bogotá), Marian (por
el nacimiento de nieta en Miami) y Ana T (por la operación de su esposo), felicitamos a
todas por sus acontecimientos y nos alegramos de la recuperación de Pedro.
De nuevo
muchas gracias a Julieta por su amabilidad y rica merienda y a Amada por haber
hecho el contacto con Aníbal Romero.
La próxima reunión
quedo pautada para el martes 28 de Mayo a las 10:00 am, nos leeremos “Las horas
distantes” de Kate Morton.
Cariños a todas
Noemi
Análisis de Cisnes Salvajes extraído
de www.criticadellibro.com
Cisnes salvajes es una novela extraordinaria, no sólo
por la profusión de vivencias a través de las cuales la autora relata con
inusitada amenidad la historia china durante el siglo precedente, sino por las
sobrecogedoras conclusiones que analizándolas pueden inferirse.
La estructura narrativa es
bastante sencilla, Jung Chan abre las puertas de su historia familiar para
hacerla converger con la Historia de su país. La vida de su abuela, de su madre
y la suya propia, eje fundamental del texto, se transforman en la caída del
Imperio, la República de los Señores de la Guerra, la dominación japonesa, el
gobierno del Kuomintang, la guerra civil, la dictadura comunista, el Gran Salto
Adelante y la espeluznante Revolución Cultural. Es también, en cierta medida,
una biografía de Mao Zedong, de su carácter, de su pensamiento, de sus temores,
de sus ambiciones pero sobre todo de sus métodos de control.
A
diferencia de la Unión Soviética, donde la Cheka era el principal instrumento
de represión y control, en su patria Mao supo valerse del vulgo para
perpetuarse en el poder. ¡Sus servicios secretos estaban compuestos por 600
millones de chinos! Además, este mecanismo totalizador respondía, de la misma manera,
a una de las eternas y dementes obsesiones del déspota asesino, el conflicto
continuado entre la población, como extensión de la revolución permanente y de
una interminable lucha de clases. Pero para ello, el régimen tuvo que articular
una estrategia, no plagada de profundos errores tácticos, destinada a anular al
individuo y someterlo de manera absoluta a los designios del "Gran
Timonel". Está destrucción de la conciencia individual se articuló en
cinco grandes pilares: destrucción de la economía de mercado, idiotización de
la sociedad, deificación de Mao, depuración de los opositores y transformación
de la familia en una simple organización administrativa.
Mao se
dispuso controlar toda la economía china para, por una parte, eliminar
cualquier posibilidad de iniciativa y genialidad ciudadana y, por otra,
subordinar la supervivencia de su pueblo a una producción suministrada por la
maquinaria estatal. A principios de la década de los 50, se inicia con tal
propósito la campaña "de los Tres Anti", esto es, la lucha contra la
corrupción, el derroche y la burocracia, seguida poco tiempo después por la
campaña "de los Cinco Anti", contra el soborno, la evasión de
impuestos, el fraude, el robo de propiedad estatal y la obtención de
información privilegiada. Estas medidas, cuyos objetivos en cualquier sociedad
democrática hubieran sido impecables, en las manos de Mao se tradujeron en
durísimas persecuciones contra funcionarios del partido (condenados en la
mayoría de los casos por animadversiones personales) y sobre todo contra todos
los capitalistas y burgueses del país. ¿Resultado? La gente rehuyó todo
contacto con el dinero, dejando la producción en manos del Estado. Empero, sin
duda, lo que más desgastó la economía China y más hizo depender a la población del
escaso alimento proveído en las comunas fue el Gran Salto Adelante de finales
de los 50. No se trata de analizar aquí las numerosas causas que provocaron la
crisis (básicamente el empecinamiento de Mao por superar la producción de acero
norteamericana desatendiendo la producción de alimentos), basta mencionar el
resultado: estimaciones a la baja hablan de 40 millones de muertos por
inanición, la mayor hambruna de la historia de la humanidad.
Mucho se ha
comentado cuánto contribuyó el la dictadura roja por extender la educación a
todas las clases populares, lo cual no es menos falaz que el tópico de que Mao
dio una tacita de arroz a todos los chinos durante el Gran Salto Adelante. La
Revolución Cultural supuso un brutal retroceso instructivo en la medida en que
la mayoría de los profesores fueron considerados "enemigos de clase",
el estudio "una costumbre burguesa", el éxito escolar "el
principio de la metamorfosis aristocrática" y los libros "los
mamporreros del imperalcapitalismo". Me atrevo a decir que nunca nadie
será capaz de ponderar con fiabilidad el costo humano, económico y sobre todo
cultural que conllevó para China. La consigna habitual de "romper con la
tradición" arrastró a los enajenados "guardias rojos",
generalmente chiquillos menores de 15 años, a destruir todas las obras de arte
ancestrales, incluida la quema de libros al estilo nazi – como manuscritos
únicos que se perdieron para siempre. La mera lectura autorizada era, como no,
"El libro rojo de Mao", un compendio de frases horteras y yermas, que
se recitaba a modo de letanía incuestionable durante todas las clases.
Sin
embargo, si bien la eliminación del discernimiento ciudadano era uno de los
propósitos de la Revolución Cultural, lo que se escondía en el trasfondo era
una atroz purga del partido y la idolatría hacia el líder supremo. La represión
contra los militantes fue extensa y profunda. La práctica totalidad de los
altos funcionarios fueron anatematizados y sometidos a la autocrítica pública,
consistente en continuos apaleamientos y vejaciones. Incluso Liu Shaoqui,
presidente de la República Popular, y Deng Xiaoping, considerados ambos
representantes de un cierto revisionismo a lo Jruchev, fueron destituidos de
sus cargos, puestos bajo arresto domiciliario, sin menosprecio de ciertas
torturas "imprevistas".
Siguiendo
la siniestra lógica del terror maoísta, cuando vemos con qué crueldad, dureza,
indiferencia y brutalidad socavó la fiel plataforma roja de sus acólitos en el
partido no cuesta demasiado imaginar qué debió ser de la vaga disidencia contra
el Régimen tiránico. La primera gran purga se llevó a cabo en 1951, dos años
después de la proclamación del marxismo en China. Su objetivo era eliminar a
los "contrarrevolucionarios" (todos los ciudadanos que habían
integrado, años atrás, las filas del ejército del Kuomintang, liderados por
Chiang Kai-shek, y que no se habían exiliado a Taiwán). Quienes no fueron
suprimidos físicamente, padecieron una hiperbólica marginación social, al
estilo de los parias indios. No contento con esta primera
"purificación" Mao emprendió varias persecuciones más. En 1955 si
inició una nueva "catarsis" destinada a descubrir a los
"contrarrevolucionarios ocultos" (espías del Kuomintang y de la CIA);
un año más tarde bajo el grito "que florezcan las cien flores" se
exhortó a los intelectuales comunistas a que expresaran sus tibios desacuerdos
con el gobierno, después de lo cual fueron encarcelados o ejecutados. Así, las
cien flores dieron paso a la "Campaña Antiderechista", dejando al
arbitrario rencor personal de los altos funcionarios el pleno derecho de
discriminar a los enemigos de clase. La última caza importante, antes de la
Revolución Cultural, se produjo en 1959, una vez el mariscal Peng Dehuai,
ministro de Defensa y futurible sucesor de Mao, criticó en un congreso del
partido ciertos aspectos nimios del "Gran Salto Adelante".
Inmediatamente, el déspota rojo olvidó todo el afecto que sentía por Peng y lo
tildó como un "oportunista de derechas", ordenando la captura urbi et
orbi de sus seguidores.
Aunque
todas estas medidas puedan parecer suficientes y válidas por sí mismas para
robustecer la burocracia dominadora de Mao Zedong, hay un aspecto, sobre el que
no suele hablarse generalmente, pero que constituye el motivo esencial de todos
los males que aquejaron al país. El comunismo chino, al igual que en su día el
soviético, consiguió descafeinar y debilitar hasta tal punto la familia que
pasó a convertirse tan sólo en un instrumento con el que dar respuesta a los
sueños de explosión demográfica del régimen. Los hijos pasaron a maltratar y
denunciar a sus padres, los funcionarios antepusieron los intereses del partido
al afecto familiar y el amor se convirtió en un vicio burgués. Este proceso de
deshumanización personal a partir de la degradación familiar, convirtió a los
chinos en pobres autómatas que seguían los designios de su Gran Timonel. Se
vivía por una inercia servil y se moría por el capricho ajeno. Los valores
perdieron todo su sentido y el individuo desapareció de facto para insertarse
en una marea roja manejada por los vientos maoístas.
Cisnes
Salvajes es el reflejo de esa época, de ese suicidio colectivo asumido con
orgullo. Una novela imprescindible para comprender cómo pudieron los chinos
elegir el camino de la inmolación y revivir la que fue, sin duda, la dictadura
más sangrienta de la historia, pero al momento también una de las más admiradas
por nuestros "inigualables" intelectuales orgánicos.